La Reconciliación o Confesión es uno de los siete sagrados sacramentos para la Iglesia Católica, a través de un sacerdote Dios nos escucha y nos perdona nuestros pecados.
Para realizar una buena confesión se necesita:
1. Pedir que Dios y el Espíritu Santo nos permita acercarnos y realizar una buena confesión. Tener voluntad real de acercarse a confesarse: con arrepentimiento, propósito de enmienda y con la fuerza y el deseo de no volver a pecar.
2. Realizar un examen de conciencia. Recordar cuándo fue nuestra última confesión, si cumplimos la penitencia y si en verdad olvidamos mencionar en aquella ocasión algún pecado. A partir de entonces, comenzamos a analizar nuestra vida, nuestra forma de actuar y nuestras omisiones.
Yo prefiero anotar en una hoja todos mis pecados, empezando por los más graves o que me cuestan más trabajo decir. Así, puedo visualizarlos, me ayuda a darme cuenta qué es lo que estoy realizando mal, cómo puedo erradicar esos pecados y detectar pecados que se están apoderando de mi.
Para realizar un buen examen de conciencia empieza repasando uno por uno los 10 Mandamientos, los Pecados Capitales y los defectos que tenemos en nuestra vida.
3. Prepararse para entrar al confesionario.
Recomiendo realizar el examen de conciencia de manera tranquila, sin preocupaciones o prisas. Después, acudir al confesionario y presentarse ante el sacerdote, el cual nos recibirá con un saludo, el cual puede ser: "Ave María Purísima" a lo que contestamos: "Sin pecado concebida". Nos preguntará hace cuánto tiempo fue nuestra última confesión y pedirá confesemos nuestros pecados.
Después de esto, el sacerdote podrá darnos algunas palabras o consejos. O pedirá que recemos alguna oración en específico. Si estás nervioso y olvidas la oración, solo di: "padre ayúdeme" y con gusto el te guiará para que realices la oración.
Al final el sacerdote nos absuelve de nuestros pecados y nos deja una penitencia. Pon mucha atención y escucha con cuidado tu penitencia. Agradece al sacerdote por su ayuda y ve y no peques más.
Recomiendo realizar una pequeña oración de agradecimiento a Dios, por darnos la oportunidad de confesar nuestros pecados, queda de tu parte proponer un cambio en tu vida y esforzarte para lograrlo.
4. Cumplir la penitencia y rechazar toda ocasión de pecado.
Cumple la penitencia lo más pronto posible y si estás preparado, recibe la Comunión, pues es el Pan de Vida quien te dará la fuerza para seguir luchando contra el pecado y las tentaciones.
Tómate un momento para agradecer el poder recibir la Eucaristía, no hay nada más bello que ese momento en que recibes a Jesús Eucaristía y lo tienes todo.
También puedes pedir y ofrecer la Eucaristía por los pecadores, sobre todo por los que están alejados de la Iglesia y tienen mucho de no recibir la comunión. Para que pronto puedan acercarse nuevamente a recibir los sacramentos que necesiten, como la Confesión y la Eucaristía.
Una vez que estés en Gracia con Dios, haz lo posible por recibir la Eucaristía frecuentemente, incluso cada día. Tampoco olvides rezar en la mañana y antes de acostarte.
Acto de contrición.
Oh, Dios mío, me arrepiento de todo corazón por haberte ofendido, y detesto todos mis pecados debido a tus castigos justos, pero más que nada porque te ofenden, mi Dios, que eres todo bondad y merecedor de todo mi amor. Firmemente resuelvo, con la ayuda de tu gracia,no pecar más y a evitar las ocasiones próximas de pecado”.
Padre Nuestro.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestra ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos de todo mal. Amén.